Monja Blanca
Fue adoptada como emblema por decreto presidencial del General Jorge Ubico, el 11 de febrero de 1934. Se tomó la decisión de la elección de una flor nacional para Guatemala gracias a la sugerencia de Leticia M. Southerland, presidenta de la exposición internacional de flores celebrada en Florida (Estados Unidos) en 1933. Desde entonces, esta flor es un símbolo de la paz, pureza y belleza
Es una de las especies más raras entre las casi ochocientas que se encuentran en Guatemala, por lo que está prohibida su comercialización. La monja blanca es una orquídea, y como tal tiene un labelo o pétalo transformado que sirve como una «pista de aterrizaje» a los insectos que la polinizan. Es además, una planta epífita (vive encima de otras plantas) y cuenta con un engrosamiento del tallo que le sirve para almacenar agua. Crece en los bosques de Verapaz, en la sierra de Las Minas y en las faldas de los volcanes del occidente guatemalteco. Abre sus pétalos entre los meses de noviembre y febrero. Su fruto es una cápsula que necesita de un determinado hongo para germinar por lo que es sumamente escasa y sensible al deterioro de su hábitat.
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